En el país el mole de olla es uno de los platillos más representativos de nuestra cocina, está lleno de historia y tradiciones.
Recordemos que con la llegada de los españoles la cocina prehispánica se comenzó a mezclar con las costumbres e ingredientes que ellos traían.
Entre conventos se forjó el mole, una mezcla de semillas, chiles y especias; aquí también nacieron platillos como: el chile en nogada, el rompope y buñuelos.
El mole de olla es uno platillo un poco diferente al resto de los moles, pues es bastante caldoso y lleva diferentes ingredientes. Se dice que es un platillo que se creó durante la Conquista, el cual mezclaba carne, vegetales y hierbas de olor.
Este platillo se popularizó en el centro del país; generalmente se prepara con carne de res, chambarete y maciza para más sabor, calabaza, zanahoria, chayote, ejotes y elote. El caldo lleva una mezcla de chile guajillo, xoconostle y epazote. En algunos lugares de la República se prefiere sin xoconostle.
Cada receta depende de la familia, algunas usan jitomate para dar más espesor, otras pimienta gorda y en algunos casos la carne también es una variante. Por ejemplo en Guanajuato, usan conejo y hierba de monte.